Patrimonio Natural

En 1993 Menorca fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco. Un distintivo que reconoce el logro de la isla en conseguir un equilibrio entre la conservación del entorno, el patrimonio cultural y el desarrollo económico. Esta declaración ha permitido preservar la gran diversidad de especies, la riqueza paisajística, así como la calidad del paisaje rural y el patrimonio histórico.

Es sorprendente la variedad de hábitats naturales que encontramos en una isla tan pequeña. Especies de flora y fauna exclusivas de la isla.

En las zonas húmedas abundan los bosques de encinas, así como diferentes plantas y arbustos. Mientras que, en las zonas más secas, destaca el acebuche y el garballó. Cerca de la costa y en las cimas calcáreas encontramos vegetación típica de “coixinets” espinosos y especies endémicas adaptadas a condiciones extremas. La vegetación de albuferas y salinas depende del grado de humedad y salinidad del agua, aunque predominan el “cañís” y las “jonqueres”.

Las características geológicas de Menorca son muy interesantes. La isla se divide en dos partes totalmente diferentes, separadas siguiendo el trazado de la carretera de Maó a Ciutadella. La región de Tramuntana, al norte, se caracteriza por los materiales más antiguos de la isla: terrenos paleozoicos, tirásicos, jurásicos y cretácicos, con algunos materiales cuaternarios. Es la parte más accidentada, con muchos entrantes y salientes, y combina pequeñas colinas o pequeñas llanuras. Por el contrario, en la región de Migjorn, al sur, encontramos principalmente el marés del mioceno y otras rocas como son los conglomerados. Es una plataforma prácticamente plana, surcada por numerosos barrancos que dan lugar a las calas y playas.

La heterogeneidad del paisaje favorece el desarrollo de una gran variedad de especies vegetales y animales, dando una identidad única a Menorca.

El Parque Natural de S’Albufera de Es Grau es la zona húmeda más importante de Menorca y tiene una gran riqueza medioambiental. Es el núcleo de la reserva de la biosfera y engloba la Albufera de Es Grau, la Isla de Colom y el Cabo de Favaritx. En las más de 5.000 hectáreas que ocupa se concentran un gran número de endemismos y especies destacables de flora y fauna. El Parque Natural es una representación de los diversos hábitats naturales de la isla que albergan una gran biodiversidad. Encontramos zonas húmedas, estanques temporales, campo, sistemas dunares, bosques de acebuches, praderas de fanerógamas marinas e islotes.

La Albufera de Es Grau es una laguna de 72,5 hectáreas de superficie y hasta 3 metros de profundidad, con un pequeño canal natural (La Gola) que la une con el mar. Alberga poblaciones de plantas acuáticas y es la parada de un gran número de aves durante sus migraciones. Se puede visitar en tres itinerarios muy distintos que disponen de puntos de observación de aves, plantas y especies endémicas.

Es una auténtica maravilla que te permitirá conocer y apreciar el gran valor ecológico de Menorca.

También en el Parque Natural, encontramos las Salinas de Addaia y Mongofra, una zona húmeda de aguas salobres. Estas dos salinas, que datan del siglo XIX, están separadas por una estrecha franja de tierra y actualmente están en desuso. Las de Mongofra son de propiedad privada, pero las de Addaia se pueden visitar y son una zona de gran interés para la observación de aves.

Otra zona húmeda destacadas es el Prat de Son Bou. Con unas 80 hectáreas, esta marisma litoral está separada del mar por un brazo de arena que forma la playa de Son Bou y la de Talis. Y el Prat de Lloriac, también de unas 80 hectáreas, situada al norte de Es Mercadal, está formada por diversos estanques más o menos temporales, el último tramo del torrente de Es Mercadal y otras zonas inundables. Ambas marismas son el hábitat natural de muchas especies. En el Prat de Son Bou, destaca el carrizo, la correhuela mayor y la espadaña. Los juncos marinos y tarajes son habituales tanto en una como en otra y, por lo que se refiere a las aves acuáticas centenares de ejemplares pasan por estas zonas durante todo el año.

El número de estanques temporales que hay en Menorca es extenso. A causa de las diferencias estacionales del clima, alternan períodos húmedos y otros secos, que ha dado como resultado unas especies únicas que se han tenido que adaptar a estas condiciones. Una de las más destancadas es Sa Bassa Verda, que debe el nombre al color de su agua.

Menorca cuenta con una gran cantidad de sistemas dunares. Estas acumulaciones de arena se sitúan en la parte seca de la playa y forman un ecosistema que alberga una flora y fauna muy características que se ha adaptado a la arena. Encontramos dunas tanto en playas del norte como en playas del sur, y su estado de conservación es diferente debido a los procesos sedimentarios y a la presión humana de cada una.

Explora con calma estas zonas tan opuestas, contempla los paisajes, observa las especies e imprégnate de la magia de estos rincones. Descubrirás el inmenso valor natural de Menorca.